En estos momentos de atípicos Juegos Olímpicos de Tokio es buena ocasión para conocer a Nicolás Fernández Climent, un utrerano de apenas 47 años, que fue seleccionado por la Federación Española de Bádminton en 2001 para viajar a Madrid y, aunque por aquel entonces seguía estudiando su carrera de Ciencias del Deporte, le pidieron clasificar a 6 jugadores para las olimpiadas de Atenas 2004. Es entonces cuando se convertiría en el preparador físico y segundo entrenador del centro de alto rendimiento de Joaquín Blume, donde se concentraban todos los deportistas de alto nivel.
El trabajo de Nicolás, con solo 30 años, consistía en preparar a seis jugadores de bádminton para la clasificación olímpica de Atenas 2004, ya que Atlanta 96 y Sídney 2000 no fueron bien, en compañía del primer entrenador David Serrano y algunas chicas de Barcelona 92, como deportistas invitadas por ser España sede olímpica ese año. Fernández llevaba a cabo la planificación del entrenamiento físico y técnico aparte de la preparación médica y fisioterapéutica.
El resultado de esta preparación fue la clasificación de Sergio Llopis (Alicante) para individual masculino y José Antonio Crespo para dobles masculino (Benalmádena), aunque hubo una tercera jugadora con muchas posibilidades pero se quedó a las puertas de esta clasificación olímpica. Estos dos jugadores fueron el éxito de este evento para clasificarse, aunque finalmente fueron eliminados en dieciseisavos de final. Llopis por un jugador de la India y Crespo por una pareja de Corea del Sur.
En mayo, el Comité Olímpico español les comunicó que los jugadores habían sido clasificados en el puesto 22 del ranking mundial, lo que supuso una alegría porque habían conseguido un reto en la historia del bádminton español, además de que fue algo histórico también porque la celebración de los Juegos Olímpicos en Atenas del 14 al 21 de agosto de 2004, por ser la ciudad donde se celebraron los primeros juegos.
Nicolás describe la ciudad como un lugar lleno de vida y espectáculo, además de una convivencia con todos los jugadores y campeones del mundo, ya que se reunían para comer y hablar todos juntos. Fernández Climent no tuvo la suerte de participar en la representación del comité olímpico pero conserva ropa y material de ese momento. También se describe el lugar de lugar oficial donde los jugadores españoles recibían las visitas protocolarias del presidente del Estado o del Príncipe Felipe en aquella época.
Nicolás Fernández recalca el mejor recuerdo de aquel momento, el éxito de la clasificación de Sergio y José Antonio ya que tenían muy pocas posibilidades de pasar de ronda, además Sergio le ganó en esa primera ronda a uno de los mejores jugadores del mundo y también fue la primera vez que España ganaba un set en unos juegos olímpicos.
“Aunque perdimos rápido, porque no era como ahora, si perdías dos partidos de clasificación te mandaban a casa, pudimos disfrutar también del resto de los juegos de otros miembros del equipo olímpico como espectador de los Juegos Olímpicos porque aquello es una pasada”.
Nicolás Fernández es actualmente doctor en Ciencias del Deporte y actividad física y profesor en la Universidad Pablo de Olavide y regenta el Club Almazara. Es el más joven de los siete hermanos que componen la familia respetada y reconocida en Utrera como son los Climent y está considerado como una persona de alto nivel académico en cuanto a deporte se refiere, por lo que es meritorio de esa fijación que la Federación española de Bádminton tuvo en él en 2001 para guiar y formas a los grandes deportistas profesionales de esta disciplina en los Juegos Olímpicos del 2004 en Atenas.